¿Podrían los Insectos Convertirse en el Superalimento del Futuro?

En una entrevista exclusiva para National Geographic España, realizada el 17 de octubre de 2023, Marta Ros, tecnóloga de alimentos especializada en consumo de insectos, ofrece una visión profunda sobre el futuro alimentario con insectos. En un mundo que enfrenta desafíos alimentarios y medioambientales sin precedentes, los insectos emergen como una alternativa proteica y sostenible. Con la Unión Europea aprobando varias especies para su consumo, el potencial de estos pequeños seres podría transformar nuestra dieta y nuestro impacto en el planeta.

Con nuestro sistema alimentario actual, las cifras no cuadran. Sin embargo, hay quienes creen que es posible resolver esta encrucijada sin renunciar a alimentos de origen animal, simplemente variando las especies que consumimos. En Occidente, ya estamos familiarizados con el consumo de artrópodos acuáticos, como cangrejos y langostas. En contraste, en hasta 3.000 grupos étnicos de Latinoamérica, África, Asia y Oceanía, los insectos son una parte integral de la dieta cotidiana.

La Universidad de Wageningen en los Países Bajos mantiene una lista que incluye 2.111 especies comestibles de insectos y arácnidos, que abarca desde escarabajos y orugas hasta hormigas, abejas, avispas, saltamontes, langostas, grillos, e incluso moscas, arañas y cucarachas. Aunque algunas fuentes reducen la lista a poco más de 1.600 especies, la diversidad de estos animales comestibles es impresionante. La FAO ha jugado un papel crucial en la promoción de la entomofagia (consumo de insectos) como solución a la inseguridad alimentaria, subrayando los beneficios nutricionales y ambientales de estos pequeños seres.

Marta Ros destaca que, con el aumento de la población mundial, es crucial cambiar nuestros hábitos alimentarios para evitar problemas graves de abastecimiento. "Los sistemas alimentarios tradicionales están llegando a su límite, y los insectos ofrecen una alternativa prometedora", afirma Ros. La producción de insectos requiere menos recursos comparado con la ganadería tradicional. Para producir un kilo de insectos, se necesitan solo dos kilos de alimento, mientras que para obtener la misma cantidad de carne de vacuno se requieren ocho kilos. Además, los insectos emiten significativamente menos gases de efecto invernadero y requieren mucho menos espacio.

Los beneficios nutricionales de los insectos también son notables. La harina de insecto, por ejemplo, puede contener hasta un 60% de proteína y es rica en ácidos grasos poliinsaturados como el omega-3. Además, aportan micronutrientes esenciales como hierro, magnesio y vitaminas del grupo B. Ros menciona que "los exoesqueletos de los insectos tienen fibra con propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir los niveles de glucemia y colesterol en sangre".

Hasta la fecha, la Unión Europea ha aprobado varias especies de insectos para su consumo. Estas incluyen la larva del gusano de la harina (Tenebrio molitor), la langosta migratoria (Locusta migratoria), el grillo doméstico (Acheta domesticus) y las larvas de escarabajo (Alphitobius diaperinus). La aprobación de estas especies marca un avance significativo en la regulación y aceptación de estos alimentos.

A pesar de sus beneficios y la regulación en Europa, la aceptación de los insectos en la dieta occidental enfrenta desafíos culturales. Ros explica que "la percepción cultural de los insectos como alimentos es una barrera". Sin embargo, las nuevas generaciones están mostrando más apertura hacia estos alimentos, especialmente en formas procesadas como harinas y suplementos.

El uso de insectos también se está explorando como una alternativa para la alimentación de animales de granja y piscifactorías. Ros afirma que "los estudios han demostrado que los insectos pueden ser una alternativa efectiva a las harinas de pescado, con beneficios nutricionales y económicos".

La integración de los insectos en nuestra dieta cotidiana puede enfrentar obstáculos culturales, pero los beneficios ambientales y nutricionales son claros. Con la ciencia y la tecnología avanzando, es posible que los insectos se conviertan en una parte esencial de nuestra alimentación. Marta Ros concluye: "Aunque el camino hacia la aceptación masiva puede ser largo, los insectos tienen el potencial de revolucionar la forma en que pensamos sobre la alimentación. La clave estará en continuar con la investigación y en encontrar formas de presentar estos alimentos de manera que se integren en nuestros hábitos de forma natural".